Abu Bakr Muhammad ibn Yahya ibn al-Sa'ig ibh Bayyah
Ibn Báya (Avempace),
(Zaragoza, 1070 / Fez, 1138), destacó como filósofo. Escribió asimismo tratados de botánica, medicina, física, astronomía y poesia.
También fue reconocido en vida como un gran músico.
La música Andalusí con las Núbas alcanzó su plenitud en la época de los reinos de Taifas, siglos XI y XII. El músico Ibn Báya, con la creación en Zaragoza de una escuela de música, legó una multitud de melodías que se hicieron célebres. Tal vez sean de su creación muchas de las melodías anónimas de las Núbas, la mayoría de las que nos han llegado por la tradición oral.
Esta edad de oro de las artes en Al-Andalus tuvo su final con la caída de Córdoba (1231) a manos del rey de Castilla y León, iniciando la dispersión de las Núbas por todo el norte de África. Tras un nuevo florecimiento en la corte nazarí de Granada, 1492 marca la parada de la creación musical en Al-Andalus, dando lugar a las diferentes escuelas de música andalusí en el Magreb. La tradición habla de 24 Núbas, una para cada hora del día.
Mízán Bsír
1.- Bugya
2.- Twíshya
3.- San'a, Yá Amlaha n-Nás
(Oh Gentil hermosura)
4.- San'a, Yá Ashiyya Dhakkarta-ní Shawqí
(Oh tarde me has traído el recuerdo)
5.- San'a, 'Ashiyyarun Ka-annahá
6.- San'a, Shamsu L-'asíl
(El sol del atardecer)
3.- OH GENTIL HERMOSURA
¡Oh gentil hermosura, aquella que mi mente prendió en su prisión!
¡Oh tallo que provoca la desesperación, oh brisa perfumada con la fragancia del jayli!
El almíbar de tus mejillas dejó como herencia en mí la turbación.
Por Dios te pido: ¡no rechaces a aquel que cayó ansioso por una que otra pasión!
¡Amor mío, lo que sucedió ni siquiera nada fue, pues de ello muy arrepentido estoy!
4.- OH TARDE, ME HAS TRAÍDO EL RECUERDO
¡Oh tarde, me has traído el recuerdo de mi inclinación y, por si fuera poco, también la memoria de un tiempo en que, por cosas del querer, se sufrió la consunción!
El sol, en su esplendor, ha henchido el horizonte y moviéndose inmóvil se desplaza, trazando camino hacia una indolente posición.
¡Copero, sé generoso, y escancia para nosotros un poco más de licor sin parar mientes en lo que pueda decir algún que otro censor!
¡Contempla cómo va tornándose en amarillo la luz del sol y cómo, despacio, hacia su crepúsculo avanza en suave prosternación!
6.- EL SOL DEL ATARDECER
El sol del atardecer expresa con su belleza la que puede tener el oro en su color y, cuando se inclina al marcharse, mi corazón se deshace en lágimas que expresan pesadumbre y dolor.
¡Oh Señor, concédeme el perdón!
Del anhelo que me posee siento mis fuerzas flaquear. El hiato que entre mí y mi amor separa no es otra cosa que frialdad y la razón se halla en el hecho de que lo mismo fuera que si escondido estuviera, pues escondido está.
Todas mis ilusiones puestas en su encuentro han quedado ya.
¡Ojalá me perdonase y demostrase así su sincera lealtad!
En el encuentro, el ánimo vuelve al que fue marchito corazón, aquel que una vez enfermo estuvo por hallarse perdido por el amor.
Cada vez que se esconde el sol, se agravan las dolencias que hacen mella en el interior, y mi corazón se deshace en lágimas que expresan pesadumbre y dolor.
¡Oh Señor, concédeme el perdón!
Intérpretes:
Omar Metioui: Úd (laúd árabe), laúd 'arbí, viola2, tar2 y canto
Ahmed Al-Gazi: Rabab y viola1
Mohamed El Arabi Serghini: Canto solista y darbuga1
Abdesselam Amrani Boukhobza: Tar 1 y canto
Gloria Lergo: Canto solista
Luis Delgado: Laúd andalusí, cítolas, darbuga2, panderos y címbalos
Eduardo Paniagua: Flautas medievales
http://www.youtube.com/watch?v=gCW9nvIVpsI